El espectro ultravioleta (UV) es una gama de radiación electromagnética que va de 100 a 400 nm. Las longitudes de onda de la luz UV son más cortas que las de la luz visible (700-800 nm) que pueden ver los seres humanos y las aves de corral. El espectro UV puede dividirse en 3 categorías principales:
1. Ultravioleta A (UVA): 315-400 nm
2. Ultravioleta B (UVB): 280-315 nm
3. Ultravioleta C (UVC): 200-280 nm
La luz UV es emitida de forma natural por el sol, pero el tipo de luz UV que llega a la superficie de la Tierra depende en gran medida de la absorción y dispersión de las longitudes de onda de la luz a medida que viajan a través de los gases que rodean la Tierra. La capa de ozono estratosférico impide que casi toda la luz UVC llegue a la superficie, mientras que una parte de la UVB y la UVA sí pueden alcanzarla.
La luz UVA no es visible para el ojo humano; sin embargo, las aves de corral tienen un tipo especializado de fotorreceptor cónico en sus retinas que percibe la luz en este rango de longitud de onda (Wilkie et al., 1998; Yokoyama et al., 2000). Los estudios muestran que las aves tienen un tiempo de resolución más rápido bajo luz UVA (Rubene et al., 2010) y presentan una menor susceptibilidad al estrés y respuestas de miedo que las aves criadas sin luz UVA suplementaria (House et al., 2020).
Los rayos UVB son fundamentales para la producción de vitamina D tanto en los seres humanos como en las aves de corral. Cuando la piel se expone a longitudes de onda UVB, se produce una reacción que sintetiza vitamina D3 a partir del 7-dehidroxicolesterol en la piel. La UVB (o la suplementación dietética de vitamina D) es necesaria para prevenir el raquitismo, minimizar la incidencia de la discondroplasia tibial y normalizar el crecimiento de las aves jóvenes (Lewis y Gous, 2009).
Aunque la UVC no llega a la superficie terrestre, la tecnología UVC generada artificialmente es una herramienta eficaz para matar la mayoría de las bacterias e inactivar los virus y se ha convertido en esencial en la lucha contra los riesgos de bioseguridad en las explotaciones avícolas. La desinfección UVC actúa alterando los enlaces químicos del ADN, el ARN y las proteínas, que son cruciales para la replicación de bacterias y virus. Una aplicación de la desinfección UVC en las granjas avícolas es el uso de cabinas germicidas UVC para la desinfección de fómites. Estas cabinas están totalmente cerradas, y los objetos se colocan en un estante mientras se irradia luz UVC desde diferentes direcciones sobre el objeto. Las cabinas UVC son útiles para reducir el riesgo de brotes de enfermedades debido a la importación de objetos contaminados por enfermedades.
Referencias:
Wilkie, E. S., Vissers, P. M., Das, D., DeGrip, J. W., Bowmaker, K. J., & Hunt, M. D. (1998). The molecular basis for UV vision in birds: spectral characteristics, cDNA sequence and retinal localization of the UV-sensitive visual pigment of the budgerigar (Melopsittacus undulatus). Biochemical Journal, 330(1), 541-547.
Rubene, D., Håstad, O., Tauson, R., Wall, H., & Ödeen, A. (2010). La presencia de longitudes de onda UV mejora la resolución temporal del sistema visual aviar. Journal of Experimental Biology, 213(19), 3357-3363.
House, G. M., Sobotik, E. B., Nelson, J. R., & Archer, G. S. (2020). Effect of the addition of ultraviolet light on broiler growth, fear, and stress response. Journal of Applied Poultry Research, 29(2), 402-408.
Lewis, P. D., & Gous, R. M. (2009). Respuestas de las aves de corral a la radiación ultravioleta. World's poultry science journal, 65(3), 499-510.